Porque todos, más o menos conscientes de las imposiciones que acarreamos desde pequeños, terminamos, en mayor o menor medida, pasando por el aro. Por todo eso que hacemos sin querer hacerlo, simplemente porque es lo que se espera de nosotros. Porque ir a contracorriente sale muy caro y hay que dar muchas explicaciones. Porque a veces no nos importa si nuestros actos carecen de coherencia respecto de nuestro pensamiento. Porque ni el camino más fácil, es fácil. ¿Por qué hablar de esto, otra vez? Porque quizás a través de los ojos de una niña nos veamos mejor a nosotros mismos. Porque con este cortometraje, que no es una comedia y que mucho menos pretende ser un drama, podemos poner el asunto sobre la mesa sin juzgar. Porque la combinación de unos personajes cercanos con una situación cotidiana pero extrema, pueden ser el germen que auspicien una reflexión en torno a la validez de determinados aspectos de nuestra sociedad tradicionalmente aceptados. En concreto, la cuestión más evidente que plantea este cortometraje es ¿qué implica ser mujer en nuestra sociedad?
En este cortometraje, Cristian Nila interpreta el complejo papel de la tía transexual de la pequeña protagonista.
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